domingo, 18 de diciembre de 2011

EVALUACIÓN DE CENTROS: MODELOS DE EVALUACIONES E INSTRUMENTOS

Marco teórico.

En este tema, último teórico de este cuatrimestre, voy a hablar de la evaluación de centros. Todo no va a ser evaluación de los alumnos y exámenes para ellos, el centro educativo también pasa su proceso de evaluación, para poder detectar sus cosas a mejorar y sus necesidades de cara al futuro. Se relacionan los procesos educativos con los procesos de enseñanza-aprendizaje, los recursos y su gestión, los objetivos y los indicios de progreso del PEC.


Esta evaluación es necesaria y favorecedora para aumentar la trasparencia, controlar el funcionamiento y de los activos, fomentar la competitividad sana entre centros, rendir cuentas a la sociedad y mejorar la vida escolar.

Se evalúan todo los aspectos del centro tanto en el ámbito pedagógico como en el administrativo: el PEC, el PGA, el proyecto de dirección, el funcionamiento general del centro,, los servicios educativos y las actividades extraescolares, y se realizan desde dos puntos de vista distintos, uno interno, continuo, autoevaluativo, con el que se es consciente del progreso y la consecución, y uno externo llevado a cabo por inspectores profesionales.


La evaluación de un centro puede llevarse a cabo desde diversas perspectivas. Pueden clasificarse según si su objetivo es el desarrollo del centro o la rendición de cuentas, según si se obtiene cuantitativa o cualitativamente y, como ya he comentado antes, si se hace desde una perspectiva interna o externa. La perspectiva externa otorga legitimidad social, credibilidad, independencia, objetividad, comparación, mientras que la interna aporta  una interpretación más enriquecida, apropiación de los resultados, una mayor apertura a la complejidad y una resistencia limitada.

Dentro de la evaluación externa encontramos varios modelos. Tenemos los informes institucionales, los modelos de clasificación de los centros según pruebas de rendimiento, valor añadido o uso de indicadores múltiples; los modelos de dialogo entre la evaluación externa y la interna como el del amigo critico, que es una asesor que trabaja conjuntamente con los profesores y el equipo educativo por mejorar y subsanar errores pero desde un punto de vista externo y crítico, y el modelo de evaluación externa para uso interno, es decir que no se hacen públicos los resultados sino que sirve como análisis y guía para el propio centro. Otros modelos de evaluación con respecto a la calidad del servicio son el EFQM y las ISO.

Antecedentes de estos modelos son: el cuestionario QUAFE 80 que ayudó a evaluar la formación interna de los centros  de EGB, el modelo C.I.P.P. (context, input, process and product) del que se obtiene información útil para juzgar alternativas de decisión, y la triangulación con metodologías cuantitativas (rendimientos + autoevaluación de agentes implicados + evaluación técnica externa).

La EFQM, European Foundation for Quality Management permite que las instituciones se conozcan utilizando un proceso de autoevaluación desde un punto de vista global (gestión directiva, administrativa, pedagógica y comunitaria) Agrupa sus procesos de gestión en nueve criterios que se dividen en dos grandes bloques: agentes y resultados. Los primeros, se refieren a cómo y con qué medios logra la institución sus resultados y los segundos miden la eficiencia y eficacia del servicio educativo, respectivamente, permitiéndole de esta forma posicionarse como excelente en la oferta educativa. Los criterios agentes son el liderazgo, la estrategia y la planificación, la gestión del personal, el impacto social, y los recursos y procesos, mientras que los resultados se clasifican en satisfacción de clientes, satisfacción del personal, impacto social y resultados de la institución.

Las normas ISO 8402-86 definen el sistema de calidad de una organización como el conjunto de la estructura de la organización, las responsabilidades, los procedimientos, los procesos y los recursos que se establecen para llevar a cabo la gestión de la calidad en ella.

Los objetivos que persigue la implantación de un sistema de calidad de acuerdo con las normas ISO-9000  pueden ser entre otros el asegurar que los alumnos alcancen los conocimientos previstos y pactados con los clientes y alumnos o producir el cambio de mentalidad que supone sustituir la buena voluntad por el método que se quiera implantar. El proceso de implantación de un sistema de calidad en un centro docente requiere las siguientes fases: toma de conciencia de la situación actual del centro, decisión de empezar desde un “¿dónde estamos?” y un “¿qué queremos hacer?”, declaración de un plan para la mejora del centro, aceptación por todo el colectivo, y actuación de todo el personal según los acuerdos, seguimiento y control del proceso, establecimiento de un sistema de mejora continua de la calidad. Comprenderá: una estructura organizativa y el empleo de herramientas adecuadas para asegurar la mejor continua y  los trámites finales para que alguna de las empresas acreditadas certifique que el sistema de calidad diseñado y aplicado está de acuerdo con las normas ISO 9000.


El Proyecto PISA, por otro lado, es un proyecto de la OCDE para obtener datos del rendimiento de los alumnos que acaban la enseñanza obligatoria. Se ha convertido en el recurso para que los países miembros puedan hacer un estudio y aplicar las mejoras a sus niveles educativos. La evaluación cubre las áreas de lectura, matemáticas y competencia científica y enfatiza en el dominio de los procesos, el entendimiento de los conceptos y la habilidad de actuar o funcionar en varias situaciones dentro de cada dominio.
La realidad de las evaluaciones de centros actualmente se centra en una dimensión político-organizativa, ya que es básicamente impulsada por las autoridades. Se percibe como una oportunidad de mejora institucional, combina las perspectivas interna y externa, se tiende a trabajar en red y se pone mucho énfasis en el carácter participativo. Por el contrario, los principales inconvenientes que se encuentras son el arraigo de una personalidad institucional tradicional, resistencias al control externo y escasa participación.
En resumen podríamos sintetizar que la evaluación es un factor de mejora de la calidad estimulando los procesos de perfeccionamiento. Actúa en todas las dimensiones de la vida escolar y requiere de la participación de todos los sectores. Convenientemente se deben combinar la autoevaluación con la evaluación crítica de algún agente externo, procurando que los datos no dañen a la escuela, y siempre con un espíritu crítico para saber reconocer los puntos a mejorar.

Predicando con el ejemplo: autoevaluación.

Dicen por ahí que la mejor forma de convencer al otro de una actitud es hacerla tuya y demostrar los beneficios predicando con el ejemplo. Lo mismo pasa en el colegio, pretendemos hacer ver a los niños que los exámenes son necesarios, los trabajos, las evaluaciones, que con ello vemos lo errores, donde fallan más, que se puede mejorar, quien necesita ayuda en algún campo,.. Pero luego, a la hora de la verdad, seguramente nosotros también tengamos fallos, cosas por mejorar y actitudes o procedimientos que cambiar, pero ¿a nosotros quien nos evalúa?

Es fundamental que seamos conscientes de nuestro fallos y que echemos mano de profesionales que puedan evaluarnos objetivamente para mejorarlos y asegurarnos así que estamos haciendo nuestro trabajo de una manera efectiva, y aportando toda la calidad en nuestra manos. El poder de autocrítica creo que es una de las capacidades imprescindibles del ser humano, debemos ser conscientes de que cometemos errores, de que no somos perfectos, y que muchas, por no decir todas, las cosas que hacemos se pueden mejorar.

La mayor dificultad que le veo al proceso de evaluación es conseguir implicar a todas las partes en su realización de manera que el resultado sea lo más aproximado a la realidad. Esa participación requiere de un alto grado de implicación por parte de todos los agentes en el centro y creo que, hoy por hoy, no se da en la mayoría de profesionales, no solo en la docencia sino en cualquier ámbito laboral. Muy poca gente siente su lugar de trabajo como algo que le pueda mejorar, y que esté dispuesto a ello, se limitan a las funciones mínimas exigidas y con que funcione ya nos damos por satisfechos. Esos si, al más mínimo error en nuestra contra pondremos el frito en el cielo y sacaremos a relucir todas las deficiencias de la organización.

Por lo que respecta a los procesos de calidad, el EFQM no lo conocía pero con la ISO si que tuve la oportunidad de experimentar algunos procesos, ya que en la empresa que estuve trabajando estaba pasando los exámenes  y pruebas en esos momentos, y luego fui uno de los encargados de ir adaptando las antiguas medidas a las nuevas que nos imponía la ISO. Pude vivir muy de cerca las exigencias y el control que se lleva y es cierto que se garantiza la excelente calidad del servicio ofrecido. Por tanto es una garantía de los centros el hecho de poseer el certificado que le acredite como excelente en su servicio.

Concluyendo, recalcaré la importancia de ser conscientes de que es necesario pasar esos procesos evolutivos, de lo contrario, no seremos capaces de ver nuestras deficiencias y, con total seguridad, la escuela no avanzará al ritmo que le marcan los tiempos ni sus alumnos, y la escuela es una órgano vivo que debe crecer conjuntamente con la sociedad y con sus principales beneficiarios, los niños.

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